Cuando mi hijo de 4 años se pone a llorar sin parar por un globo que exploto, le acojo y le consoló, dejando que sus lagrimas y todo su movimiento interno se expresen. Como dice St Exupery, el mundo de las lagrimas es tan misterioso que no hay mucho que hacer, solamente estar al lado del que llora.
Así que no hice mucho mas que prestarle mis brazos para que encuentre el calor de mi amor, y la dulzura de mis caricias.
Cuando a mi me pasa que tengo gana de llorar, mi primer impulso es el de juzgarme y razonarme porque no tengo motivo para dejarme llevar por los sentimientos. No se si os habéis fijado que en nuestra sociedad algunas emociones son permitidas, y otras reprimidas.
Yo sigo sorprendiéndome verme con este impulso de reprimirme. Me recuerda aquella época cuando mi padre me decía al verme a punto de llorar (o llorando): “apreté los dientes, se fuerte, llorar es para los cobardes”.
Que va pasar si lloro, que va pasar si expreso mi tristeza, mi agobio, mi rabia, mi frustración? Que pasa si tengo momentos de mi vida que me llevan a bajo? Si aparto mis prejuicios y pensamientos, no va pasar absolutamente nada. Llorar y expresar sus sentimientos, mientras lo hacemos con nosotros mismos (y no desahogándonos sobre otra persona) no tiene mas historia que una tormenta interna que nos sacude y que se ve desde fuera.
Son momentos tan importantes que los que me llevan a ser feliz, plena, alegre, con energía y llena de amor.
Soy un ser emocional, y por lo tanto mis emociones hacen de mi el ser de luz y de sombra que soy.
Imaginaros si se quitaría la sombra de un cuadro, no tendría la luz que tendría, no luciría de matices de tonos como los hay cuando se añade la sombra.
Así que os invito a dejar fluir esos momentos emocionales tachados por nuestra educación o por la sociedad de “prohibido” o “incorrecto”.
Como lo hacen tan bien los niños cuando viene una emoción, la dejan expresarse, y se va tal como ha venido. Cuanto mas la aceptemos, mas rápida pasa, y pasamos a otra cosa.
Quedarla encerada es encerrarnos a nosotros mismos en una aula, con el gran riesgo de que las emociones acumuladas salgan un día como una bomba desproporcionada. Las emociones no se van evitándolas, sino tomando conciencia de ellas y aceptando y expresándolas.
Cuanto mas sientes, mas vivo estas, ya que las emociones son movimientos de vida internos.
Os deseo un día hermoso con un maravillosos abanico de emociones.
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