La primera palabra, siempre me da la inspiración, igual que la primera nota para un músico.
Cuando empiezo a escribir dejo que las palabras bailen para mi para hacer una hermosa sinfonía de sonidos y sentidos. Soy una enamorada de la palabra, un amante del estilo, una apasionada por la escritura.
Como todo, lleva su lote de alegría y de frustración.
Cuando la primera palabra es muda, ciega y muerta, que la pagina se queda de un blanco limpio que me ensucia la mente, el resto de la música es silencio plano; y mi corazón se tuerce de dolor.
Cuando me atrevo a confiar en mis palabras, es una espiral de frase y textos que no paran de bailar, y mi corazón pega saltos de alegrías.
Cuando me peleo con las palabras fantasmas, es una espiral de silencio que me mata, me siento inútil, vacía y impotente.
No es tanto que haya una situación mejor que la otra, sino que las situaciones y las actitudes frente a ellas que tenemos, tienen consecuencias sobre nuestro estado de animo y acciones.
Una espiral me da vida, felicidad, y pasión de escribir.
la otra vació, tristeza, frustración y rabia y me entra gana de desaparecer bajo tierra.
No puedo imponerme que venga la inspiración,
pero puedo elegir de fluir en el vacío, aceptándome tal como soy, en aquel instante.
En la espiral de la vida, siempre tenemos la elección de pararla y seguir otro camino, con nuevo enfoque y actitudes.
Cuando el movimiento de la espiral no te favorece, escógelo tu….y cambia el sentido de las cosas; ESTA EN TU PODER;
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